El priming, una posible solución a los mareos de tu jefe

Este artículo sobre el fenómeno psicológico del priming es la segunda parte de este otro sobre las idas y venidas de tu jefe. Si quieres, puedes empezar por allí.

¿Has visto la película Origen? En esa película se hablaba de cómo plantando una pequeña idea en la mente de un individuo se puede provocar todo un torrente de pensamientos que le llevará a tomar una decisión determinada. Algo así es el fenómeno psicológico del priming. Veamos un par de ideas que te ayudarán a convencer mejor a tu jefe con tus propuestas.

Algunos experimentos sobre el priming

Imagina que me paso un rato hablándote de comida y luego te pido que completes con la letra que falta la siguiente palabra: JA_ÓN… Es muy probable que escribas JAMÓN. Pero si antes de mostrarte la palabra a completar te hubiese hablado de duchas y de mal olor, lo más seguro es que hubieses escrito JABÓN.

De igual forma, te puedo contar sobre un experimento en el que a un grupo de personas se las hacía simplemente completar unos pasatiempos en los que se incluían palabras como olvido, calvo, canas o arrugas. A otro grupo lo pusieron a completar pasatiempos en los que se incluían palabras e idas relacionadas con la energía, la juventud y la vitalidad. Cuando a estos dos grupos se los hizo caminar hasta otra sala que se encontraba al fondo de un largo pasillo, las personas del grupo que había sido bombardeado con ideas sobre la vejez recorrieron la distancia del pasillo a una velocidad notablemente más lenta que las personas bombardeadas con ideas sobre la vitalidad y la energía.

En otro experimento, un grupo de personas sujetaron un lápiz con los dientes. Sujetar el lápiz de ese modo provocaba sin querer un gesto parecido a una sonrisa. A otro grupo se le hizo sujetar el lápiz con los labios por el extremo de la goma de borrar, algo que provocaba que inconscientemente frunciesen ligeramente el ceño. A ambos grupos se les mostraron las mismas imágenes y luego se les pidió responder a unas preguntas sobre lo que acababan de observar. El primer grupo, obligado a sonreír mientras sujetaba el lápiz, reaccionó de forma mucho más positiva ante la imágenes que el segundo grupo, obligado a fruncir el ceño.

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Gestos simples y comunes pueden influir de manera inconsciente en nuestros pensamientos y sentimientos. ¿Hasta qué punto somos autores de nuestros juicios y decisiones?

Lo sé, suena catastrófico. No te asustes. Los efectos del priming están ya ampliamente demostrados y aceptados. Sin embargo, en cualquier momento de tu vida, no sólo estás influido por un estímulo, sino que ya estás predispuesto por tu comportamiento, tus decisiones habituales o por el hecho de que ayer ganó el partido tu equipo de fútbol preferido.

El priming y los mareos de tu jefe

Estaría bien que recordases dos cosas. Por un lado, como dijimos en el anterior artículo sobre las idas y venidas de tu jefe, la próxima vez que te maree diciéndote lo contrario que dijo el día anterior, no te preocupes, es humano y además, está condenado a ser el experto que toma las decisiones. Por otro lado, si no quieres que esto se repita, empieza a pensar en cómo puedes utilizar el priming de forma creativa para preparar el escenario antes de proponer una idea. Por ejemplo, se me ocurre una sencilla: deja la consulta importante para el final y antes haz 3 consultas a las cuales sabes que dirá que sí. Es muy probable que, para no tener que admitir que se equivoca al confiar siempre en ti, te diga también sí a la cuarta consulta. Decir que no sería admitir que es posible que las otras veces también se equivocase al estar de acuerdo con tus propuestas. Y ya sabes que a nadie le gusta equivocarse. Y si no, mírate este artículo sobre el miedo a perder. Utilizar el priming para crear un aura de confianza y optimismo sobre tus propuestas puede ser una estrategia útil. Tu jefe no será capaz de resistirse.

Si quieres profundizar más en estos temas, te recomiendo dos libros, uno más light y otro un poco más denso. El primero es “Las trampas del deseo" de Dan Ariely y el más avanzado es “Pensar rápido, pensar despacio" de Daniel Kahneman.

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¿Y yo quién soy para estar contándote esto?

Soy Sergio López, fotógrafo de interiores y arquitectura. Aunque no soy ningún experto, soy un devorador de libros de Marketing, Psicología o Finanzas. Si a mí me ayudan a desarrollar mi vida y mi negocio, creo que a ti también te ayudarán.

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