A veces no me puedo creer la suerte que tengo. Hace unos días pude visitar uno de los hoteles más bonitos que he tenido el placer y la suerte de fotorafiar, el Mercer Torre del Remei 5* GL.
Situado en Bolvir, un pequeño pueblo cerca de Puigcerdá, en el Pirineo Catalán, el Mercer Torre del Remei 5*GL es un palacete modernista construido en 1910 que se ha reformado con un profundo respeto por la obra original para servir como hotel de lujo.
Ya cuando te adentras en sus jardines, con esas secuoias gigantes y esa preciosa escalera de bienvenida, sabes que es un lugar que no te va a defraudar. Pero espera un poco, lo mejor está dentro.
El Mercer Torre del Remei 5*GL divide sus estancias en dos edificios principales, que ellos llaman la torre y la masía. Sin renunciar a una mezcla perfecta de tradición y lujo contemporáneo, las habitaciones de cada uno de los edificios ofrecen un estilo muy diferente.
Te muestro primero los dormitorios de la masía, donde algunas habitaciones modernas se mezclan con otras con paredes de piedra o preciosos techos de madera.
Haz clic en las imágenes si quieres ampliarlas.
Los baños son de líneas modernas y minimalistas, siguiendo la estética de la cadena, como habíamos vistos en nuestro reportaje del Mercer Barcelona5* GL.
Como ves, el diseño de los baños rompe la dinámica más rústica que lucen alguna de las habitaciones. En serio ¿quién no querría ese techo de madera en su casa?
Nos movemos ahora hacia el edificio al que desde el hotel llaman torre. Es el que veíamos en la primera foto. En él, las habitaciones tienen un estilo más clásico, integrado perfectamente con los detalles modernistas de las puertas o las ventanas.
La arquitectura del edificio servía como marco natural para algunas de las viñetas que capturamos.
Ya en las zonas comunes, nos pusimos las botas con las escaleras. Podría haberme pasado el día fotografiando sólo estos preciosos rincones. Un auténtico viaje en el tiempo.
Por supuesto, el hotel cuenta con diferentes zonas públicas para relajarnos con una taza de té mientras esperamos la hora de la cena.
Los techos altos y las molduras convierten un simple paseo en una experiencia espectacular.
Por último, una pequeña muestra de los exteriores, que hacen que dependiendo de la estación, visitar este hotel sea una experiencia totalmente diferente. Junto al hotel, hay una pequeña pero imponente ermita del siglo XIX donde pueden celebrarse bodas.
También te muestro un detalle del año de construcción original del palacete.
Te dejo con una preciosa viñeta del atardecer. Espero que hayas disfrutado viendo estas fotos tanto como yo haciéndolas.