Las idas y venidas de tu jefe

Hoy hablaremos de cómo decenas de experimentos han demostrado que los análisis y opiniones de tu jefe ante una consulta que le hagas pueden llegar a ser bastante... mmm, inconsistentes. Es decir, hoy entenderás por qué unas veces tu jefe te dice una cosa y al día siguiente te dice la contraria.

Cuando tu jefe te marea de ese modo, dándote respuestas y soluciones opuestas según el día, deberías pensar que quizá la opción a escoger es en cierto modo irrelevante. Pero, en lugar de dejarlo a tu elección, tu jefe querrá aprovechar tu consulta para reforzar su autoimagen y su relevancia en la empresa. Vamos a ver si con este artículo se te ocurre alguna manera de que no le de tantas vueltas a las cosas.

Desbancando a los expertos

Por un lado, quiero contarte cómo desde el siglo XX y hasta hoy en día, gracias principalmente al psicólogo Paul Meehl, se han hecho diversas investigaciones y experimentos que tratan de demostrar (y parece que todo apunta a la misma conclusión) que esas personas que tenemos por expertas tienden a equivocarse tanto o más que cualquiera. Y es que, al fin y al cabo, todos somos humanos.

Yo mismo he experimentado esto cuando me han preguntado sobre temas de fotografía o los libros que voy leyendo (por cierto, he hecho una lista de libros recomendados). Me hacen una pregunta cuya respuesta es sencilla pero yo me enrollo como una persiana porque me encanta hablar de esos temas. Entonces me dicen "no Sergio, si yo sólo te preguntaba esto". ¡Ups! Me pasa muy a menudo, te lo aseguro. En fin, continuemos.

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Los entendidos en cualquier tema, a la hora de analizar o predecir algo, tienden a complicar las cosas demasiado y a llenar sus cálculos de cuántos más datos mejor.

A los expertos les encanta demostrarse a sí mismos y al resto que, efectivamente, saben un montón sobre la materia que se esté tratando. Si el tema de la consulta es además de especial interés para ellos, esa pasión les provocará una tremenda disposición a darle todas las vueltas que haga falta incluso a la cuestión más sencilla. Sin embargo, es muy probable que todos esos datos que los expertos hacen participar en sus cálculos, sean irrelevantes para la decisión o predicción que desean hacer. Esto es porque los expertos también son humanos y, como todo el mundo, tienden a incluir factores subjetivos en sus análisis y conclusiones.

Numerosos experimentos escogieron a tutores de universidad experimentados y les hicieron entrevistar durante varios minutos a sus nuevos alumnos para tratar de predecir las notas que tendrían a final de curso. La mayoría de profesores, ayudados por toda su experiencia y bagaje, no fueron más certeros que las conclusiones extraídas por algoritmos que hicieron sus cálculos con meros datos estadísticos cien por cien objetivos, como las notas que los alumnos entrevistados tuvieron en cursos anteriores o, simplemente, sus horas semanales de estudio.

Experimentos similares estudiaron también las predicciones de otros expertos, con resultados parecidos. Predicciones sobre si ex convictos violarían su libertad condicional, sobre los éxitos en un entrenamiento de pilotos, sobre la reincidencia en delitos, sobre la supervivencia de pacientes con cáncer, sobre la duración de estancias hospitalarias o sobre el diagnóstico de enfermedades cardíacas. Por muy expertos que fuesen los médicos o abogados a la hora de hacer predicciones, unos cuantos datos objetivos introducidos en un ordenador tendían a hacer mejores predicciones, por no verse influidos por las opiniones sesgadas o por el ego que los expertos tenían.

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Y estarás pensando:
¿Qué tienen que ver estos estudios con mi jefe?
¡Mi jefe no predice nada!

Tu jefe, un humano más

Si lo piensas, cada vez que tú jefe toma una decisión, está efectivamente prediciendo cuál será el mejor resultado para la empresa. Las predicciones son la base de nuestras decisiones. Decidimos algo prediciendo que esa decisión será lo mejor para nosotros.

Y todos los humanos nos equivocamos a la hora de hacer predicciones. Pero es que algunos expertos, además, pueden querer pasar por listos pensando fuera de la realidad y, para hacer sus predicciones, consideran complejas combinaciones de factores. Y esa complejidad, en muchos casos reduce la validez de su juicio.

De hecho, los humanos suelen ser inconsistentes cuando hacen un juicio. Cuando una persona tiene que evaluar la misma información en más de una ocasión, es muy probable que lo haga de forma diferente y aporte respuestas diferentes.

En esos casos puede tratarse simplemente de la influencia de su estado de ánimo, una conversación o una noticia que leyó minutos antes de volver a tomar una decisión sobre ese mismo tema por el cual ya le habían preguntado. Es la naturaleza humana.

¿Desalentador? No tanto. Hasta ahora hemos hablado del problema pero ahora es cuando toca hablar de la solución: el priming. Este fenómeno psicológico, junto con tu creatividad, te puede ayudar a combatir el absurdo de la mente humana.

Desgraciadamente se está haciendo un poco tarde, así que te lo contaré todo en el siguiente artículo sobre el priming.

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¿Y yo quién soy para estar contándote esto?

Soy Sergio López, fotógrafo de interiores y arquitectura. Aunque no soy ningún experto, soy un devorador de libros de Marketing, Psicología o Finanzas. Si a mí me ayudan a desarrollar mi vida y mi negocio, creo que a ti también te ayudarán.

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