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Origen del neuromarketing

El origen del término “neuromarketing” no puede concebirse hasta bien pasada la década de los 70. Hasta ese momento, la economía se basaba en la premisa de que las personas pensamos y actuamos de forma racional. Pero en esa época se comenzó a demostrar lo contrario mediante esos estudios del tipo “tenemos un grupo A y un grupo B de personas, a unos les digo una cosa, a otros la contraria y a ver cómo reaccionan”. En estos estudios, los neurocientíficos descubrieron algunos comportamientos irracionales propios del ser humano que, absorbidos por los expertos de marketing y publicidad, terminarían por convertirnos en auténticos pececillos picando el anzuelo de la compra.

Estos estudios demostraron la importancia que tiene el sistema nervioso a la hora de responder ante los estímulos que la publicidad o el marketing presentan a las personas. Sin embargo, podríamos decir que su verdadero origen se dio en las cavernas de la prehistoria. Me explico…

En mi caso, igual que el marketing (sin “neuro” delante) es un concepto que ha llegado a mi vida hace relativamente poco a través de enrevesadas charlas en las que se hablaba de los diferentes sistemas en que se divide nuestro cerebro, algunos más racionales y otros más instintivos, más primitivos que otros sistemas de nuestra mente. Seguro que te suena. Si buscas en Google puedes complicarte con esto del neuromarketing todo lo que quieras.

Tras algunos meses de estudio, me ha parecido interesante traerte en el blog algunos conceptos e ideas curiosas y muy útiles que he ido aprendiendo de algunas fuentes que te pondré al final de esta serie de artículos. Creo que algunos conceptos serán muy fáciles de aplicar simplemente en los mails que repartes con tus clientes.

Mi objetivo será ofrecerte algunos conceptos para que veas que esto del neuromarketing tiene bastante lógica. Si leyéndolo aquí te das cuenta de que lo has experimentado ya como consumidor o consumidora, es posible que entonces te interese estudiarlo y aplicarlo en tu negocio o en tu día a día en el trabajo.

Marketing para trogloditas

En fin, hoy te contaré simplemente que esto del sistema nervioso y los diferentes tipos de cerebro se resume en que muchas técnicas de marketing van dirigidas a nuestro subconsciente o a nuestros estímulos más primitivos, es decir, se saltan por encima nuestros años de experiencia y estudios de la lógica para utilizar técnicas en las que caería tanto un hombre de las cavernas como un millenial.

¿Cómo es posible que esto funcione en el siglo XXI, la era de la tecnología y de la información en que prácticamente todo el conocimiento humano está en nuestro bolsillo? ¿No deberíamos ser ya totalmente capaces de identificar los estímulos dirigidos a nuestra parte más animal?

La realidad es que el homo sapiens lleva en la Tierra más de cien mil años. Hemos pasado de vivir en cuevas a viajar al espacio y crear inteligencias artificiales. Hemos moldeado nuestro entorno y nuestro planeta a nuestro antojo. Sin embargo, si lo piensas, como especie no hemos evolucionado, seguimos siendo el mismo ser peludo y con inútiles dedos en los pies que habitaba en las cavernas.

Gracias a no haber evolucionado, los científicos, psicólogos y filósofos han podido estudiar nuestro comportamiento como especie durante siglos. La mala noticia (o buena, según a lo que te dediques) es que en las últimas décadas, los “maquiavélicos” especialistas en marketing se han dado cuenta de que, gracias a esos estudios neurocientíficos, pueden sacarnos todo nuestro jugo consumidor.

Por mucha ciencia y tecnología avanzada que tengamos, somos trogloditas. Es un hecho.

Pero seamos optimistas, tu público objetivo sufre de los mismos errores psicológicos y pronto sabrás cómo sacarle todo el partido a esto de la neurociencia. En el siguiente artículo sobre la psicología del consumidor te cuento más malas noticias, como que tu cerebro es un holgazán y que eres una persona irracional y arrogante por naturaleza. Si te interesa continuar aprendiendo y todavía no estás suscrito, puedes apuntarte a mi lista de correo dándole al botón que hay por ahí abajo.

¿Y tú? ¿Conocías el concepto de neuromarketing? ¿Que vas a hacer hoy para poder aplicarlo en tu negocio?


¿Y yo quién soy para estar contándote esto?

Soy Sergio López, fotógrafo de interiores y arquitectura. Aunque no soy ningún experto, soy un devorador de libros de Marketing, Psicología o Finanzas. Si a mí me ayudan a desarrollar mi vida y mi negocio, creo que a ti también te ayudarán.